miércoles, 19 de marzo de 2014

La deslegitimación de un presidente de papel

Los colombianos no podemos seguir permitiendo que los gobernantes de turno hagan lo que quieren, cuando quieren y como quieren; es hora que la ciudadanía despierte y haga frente a las decisiones políticas que solo benefician a los círculos del poder.  Es imposible ocultar mi rechazo a la decisión del presidente de la republica de desconocer las recomendaciones de la comisión interamericana de Derechos Humanos, abriendo las puertas para una posible sentencia en contra por parte de la corte interamericana de Derechos Humanos de carácter vinculante.

Mientras escribo estas palabras de desesperación, Gustavo Petro comienza su discurso en la plaza de bolívar. Es inconcebible que las instituciones del Estado desconozcan la democracia y los derechos de los ciudadanos  con base en prebendas políticas e intereses de unos pocos capitalistas con avaricia incomprendida y desfachatez absoluta. El mensaje que ha mandado el presidente, el procurador y el Consejo de Estado es que:  ”el voto en Colombia no sirve para nada” como lo dijo en su discurso Gustavo Petro.

Los colombianos no podemos seguirnos arrodillando frente a la oligarquía, permitiendo que cada persona desconozca derechos políticos. El procurador general de la nación, el cual parece más un sacerdote medieval necesitado de la sangre del alcalde mayor de Bogotá. Bien lo diría el fiscal general de la nación, Eduardo Montealegre “señor procurador usted tiene una concepción del derecho del siglo xvii” es indiscutible que la decisión en la destitución de Gustavo Petro es una decisión política, influenciada por el señor Uribe y los dueños de los monopolios; a los cuales le dolió el bolsillo cuando en Bogotá se buscó una dignidad humana para las clases menos favorecidos.

Me duele que el país este ciego ante el mejor alcalde que ha tenido Bogotá en los últimos 20 años o tal vez más. Bajo el costo de los servicios públicos, bajo los costos del transmilenio, brindo oportunidades de trabajo estable para los recicladores, peatonalizo la carrera 7, incentivando el comercio, arreglo el desastre de la 26 y fue honesto. Tal vez el peor error de este señor fue tratar de cambiar el sistema neoliberal impuesto desde el gobierno Gaviria. Santos acaba de firmar su salida del Palacio de Nariño, desde la fecha los colombianos debemos hacernos sentir diciendo no a la reelección de un presidente sucio, que no ha respetado el campesinado colombiano. Es hora de que el pueblo colombiano desde las mismas universidades haga frente al sistema imbécil que tiene inmersa este país en la pobreza.


Por eso Colombia tiene un presidente de papel, alguien que le importa más su afán de poder, sobre los derechos de las personas en un país devastado. Es hora de plantear en el país un paro nacional total, de tal forma cambiaran las instituciones y podremos crear el país que necesitamos. País de “gobos” sinvergüenzas. 


jorge villalobos

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