Cachetadas
a un país sin mejillas
En los últimos días he
estado intentando mostrar al mundo mi opinión, no se a cuantos en verdad les
importe lo que escribo, pero la verdad es que no escribo para que me lean, yo
escribió para relajarme. Sé que muchos de mis artículos parecen ser histéricas
arremetidas contra personas de la vida pública, pero no es así, ataco a toda
injusticia que veo en mi realidad. No soy un adolescente rebelde sin causa, no
soy un personaje político de izquierda ni de derecha, mucho menos soy
guerrillero, simplemente soy de abajo, del pueblo, y voy por los de arriba, los
aristócratas.
Hay verdades utópicas en
Colombia, por ejemplo nadie en este país sabe que los servidores públicos son
para eso, para servir, pero lo peor es que nos creemos los sirvientes de ellos;
es como si yo veo un político en la
calle y le pido me hace un favor me arregla la calle, tranquilo que yo le
consigo unos voticos; dejémonos de pendejadas uno tiene es que exigir señor
senador o representante yo lo elegí para que esto funcione y funcione bien,
arregle la calle. No tenemos razón para vivir arrodillados frente a una clase
dirigente, lo que sucede es que el ciudadano no sabe que usted es quien elige,
usted es el dueño de la soberanía y usted tiene derechos. Esto no puede seguir
así con la cultura de esto no es mío, hay que tener identidad si esto se vuelve
mierda es culpa suya y culpa mía, pero como esto no es mío.
Hay quienes proponen un
cambio de constitución, carajo no es posible que la gente piense que por
cambiar un papel va a cambiar la realidad, el problema no es el papel que llamamos
“constitución” el problema somos
nosotros, hasta que no cambiemos de mentalidad, mientras el colombiano no asuma
esto como suyo no podemos hacer nada, es más nadie se cree colombiano, el que
se cree colombiano piensa que su país es un equipo de futbol, a pero para eso
si somos colombianos, no saben que su país se va cayendo lentamente en el desespero
del vacío, más bien tengo una propuesta terminemos esto que se acabe Colombia,
nada se pierde, el problema no son los dirigentes el problema son los
colombianos, aquellas personas que matan por matar, roban por robar y eligen
por elegir. Mientras el colombiano no asuma las riendas de su propio país,
nadie va a venir cambiarlo.
No sé qué hacer con estos
dirigentes, no sé qué hacer con la iglesia, pero peor aún no sé qué hacer con
la sociedad, no sé qué hacer con el nido de pirañas que habitamos Colombia, que
tristeza que el colombiano solo busca la fama personal y no le preocupa en lo
más mínimo su prójimo. El problema del colombiano es que no sabe qué derechos
tiene, ni cómo hacerlos cumplir; muchas personas no saben que hay un mecanismo
de protección de sus derechos fundamentales llamado tutela, pero ¿cuándo se
usa?, tal vez cuando la persona a la cual se le vulneraron los derechos ya no
viva, ya no este, porque el sistema estatal acabo con los sueños de una persona
que solo buscaba el respeto de su ser.
En los últimos días he
estado intentando mostrar al mundo mi opinión, no se a cuantos en verdad les
importe lo que escribo, pero la verdad es que no escribo para que me lean, yo
escribió para relajarme. Sé que muchos de mis artículos parecen ser histéricas
arremetidas contra personas de la vida pública, pero no es así, ataco a toda
injusticia que veo en mi realidad. No soy un adolescente rebelde sin causa, no
soy un personaje político de izquierda ni de derecha, mucho menos soy
guerrillero, simplemente soy de abajo, del pueblo, y voy por los de arriba, los
aristócratas.