visiones confusas de la realidad
En
Colombia hay pocas probabilidades de acceder a la educación superior, ya sea
por motivos económicos, sociales o intelectuales; muchos de los que han entrado
a la universidad recuerdan como una vez por semestre o por año entra al salón
el típico hombre siniestro, calculador, en algunas ocasiones con cabello largo
o barba poblada; lo más curioso que tienes estos sujetos es que están haciendo
campaña para “representar” a los estudiantes en un consejo directivo o algo
similar. Este personaje gane o no gane
visita los salones unas cuantas veces más, en su mayoría para promover marchas
por x o y motivo.
En muchas ocasiones me he catalogado dentro de
la izquierda de este país, pero en he llegado a la conclusión que la izquierda
“democrática” de este país perdió su condición. Una izquierda dominada por los
favores burocráticos del congreso, las altas cortes y la procuraduría. Bien lo
decía Garzón: “De que sirve saber que un sustantivo es como el congreso: que
agrupa personas, animales y cosas.” En ningún régimen político del mundo se
admite que la izquierda esta confabulada con el gobierno de turno para defender
los intereses de las personas o mejor para defender sus propios intereses.
Personas que como usted y como yo se movilizan en transporte público, cansados
de movilizarse como animales de la casa al trabajo y del trabajo a la casa. En
las universidades particularmente las públicas aparecen aquellos personajes con
ideas revolucionarias de estilo comunista que pretenden asumir que sus derechos
son absolutos, es allí donde está el problema ellos asumen sus derecho a la
libre expresión como un derecho absoluto, pero este derecho tiene límites, como
el modo o el lugar de expresión. Esto quiere decir que dichas personas no
tienen por qué ejercitar su derecho rayando las paredes de un lugar público,
como lo dice la ley, estos son espacios públicos y mucha gente no los quiere
ver rayados muchas veces por cosas sin sentido y hasta con mala ortografía. Fuera
de eso estas personas alegan el acceso a la educación de toda la población colombiana,
sin discriminación alguna; pero no se dan cuenta de que si ellos no rayan esa
pared el Estado se economiza cien mil pesos mensuales, con los cuales puede
financiar el estudio de una persona.
De
aquellos personajes de izquierda universitarios, revoltosos e irreverentes, se
puede decir que son pequeñas personas pensantes, que cansadas de las políticas públicas
encontraron refugio en las lecturas comunistas de Marx y Engels; y que por
una vana interpretación terminaron ligándolo con Fidel Castro y el
“Che” Guevara. No puedo decir que esta es una concepción extraña del comunismo
y de las revoluciones guerrilleras en América latina, sin embargo de algo si
estoy seguro, Fidel cometió un solo error en cuba y eso le costó la fortaleza de su régimen, ese error
fue creer que se tiene la verdad revelada. Por eso compañeros revolucionarios
hay que aprender a usar la cabeza; hay que aprender a buscar que se quiere; hay
que cambiar de mentalidad desde nosotros mismos; y sobre todo hay que entender
con humildad que un pensamiento de izquierda no los configura como personas
inteligentes superiores a los demás. Por cosas como estas, pienso que las
corrientes políticas son falaces mentirosas, más bien se pueden llamar meretrices
de la política, se venden al mejor postor, no sé si el hombre en su afán de
protagonismo infundado está acabando hasta con el “nido de la perra”.
Jorge Villalobos